Pocos autores me generan tanto entusiasmo como Peter Orner (1968). Lo descubrí hace algunos años gracias Chai editora, que tradujo su inclasificable ¿Hay alguien ahí?, y desde entonces se convirtió en uno de mis autores favoritos. Y ahora —el año pasado, en realidad, aunque para los tiempos de las publicaciones el presente se dilata varios meses—, la misma editorial tradujo su otro libro inclasificable, Sigo sin saber de ti, que funciona como una continuación de aquel: no sería exactamente una segunda parte, sino una especie de ampliación de ese mundo que ya conocíamos.
Bruno Calagioni