¿Qué inspiran a los que nos inspiran?
A Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941) la conocí y la amé, fue inmediato. En este camino, no hubo períodos de lejanía, al contrario, hubo períodos de voracidad: leí sus libros, los regalé, los presté, los volví a leer, la escuché en conferencias y en entrevistas, marqué sus textos poéticos, subrayé sus textos narrativos. Hay algo en su poesía, en su forma de nombrar el mundo, de hablar sobre el amor y sobre el deseo que me parece maravilloso, una búsqueda por desandar un camino, por cuestionarlo continuamente. Cristina Peri Rossi es, así, la autora del epígrafe que elegí para mi primer poemario, porque en seis palabras encontré una síntesis perfecta de lo que me había llevado a reunir esos poemas: la certeza de que el cuerpo sabe y de que lo hace mucho antes de que podamos poner nombres. En La insumisa, novela autobiográfica que estaba leyendo mientras corregía mis textos, ella dice: “Primero se siente, después se sabe”. No tuve que buscar más, era ese epígrafe y no otro. No había lugar para otro. Más adelante, subrayé también: “Los papeles estaban fijos y predeterminados. Hasta podía asegurar que esos papeles estaban asignados aun antes de que yo naciera. Se habían configurado desde antiguo en mitos y leyendas. Correspondían tanto a la religión como a la historia. Asignados por el sexo y por el género. Pero yo estaba dispuesta a luchar. No me importaba morir en el combate. Era muy joven (tenía solo diez años), y como todos los niños no temía a la muerte: temía a las injusticias de la vida”. Defender la duda, apartar la lengua impuesta.
En Evohé, Peri Rossi recupera a las bacantes griegas y conforma un recorrido por el erotismo, el cuerpo y la palabra con textos algunos muy breves y sumamente precisos (y preciosos también). De allí son los dos poemas que aquí cito, los que marqué con más intensidad, como si esa doble línea al costado diera cuenta de la revelación:
La mojo con un verso,
y ella, húmeda de mí,
rencorosa, me da la espalda.
Le digo que prefiero las palabras,
entonces se burla de ellas con gestos obscenos.
La persigo por el cuarto
empujándola con una letra aguda y afilada,
ella se defiende con una cancioncilla mordaz.
Cuando damos el combate por finalizado,
tiene el cuerpo lleno de palabras
que sangran por el cuarto
y así, desnuda y herida,
con el cuerpo lleno de señales
le tomo una fotografía.
Un día seré una escultora famosa,
y ella posará para mí,
muerta de palabras,
llena de letras como despojos.
Uno más:
La amé
en un corro de palabras
que en torno a ella
hicieron cerco.
La insumisa
Cristina Peri Rossi
Menoscuarto Ediciones
2022
Evohé
Cristina Peri Rossi
Estuario Editora
2023
Pilar Alvarez Masi
Autora de El cuerpo sabe
Enero editorial, 2024