Novelas familiares - Parte II

La verdad objetiva de los acontecimientos, siempre en debate, se subordina a la mirada del autor. "No sé si cuento la verdad de mi familia; me interesó más reconstruir la atmósfera vintage de una época en la que todos veíamos el mismo episodio repetido de Meteoro o la Mujer Maravilla a la hora de la merienda, íbamos a la galletitería rogando que quedaran las que nos gustaban y esperábamos el verano para que abrieran las heladerías." Dice el autor de Aspirinas y caramelos, Luciano Olivera, en una nota en diario Clarín.

La obra surgió a partir de un texto que escribió pocas horas después de que Independiente se fuera a la B. "En él contaba que cuando yo era casi bebé mi viejo, muerto hace muchos años, me traía caramelos y decía: «Te los manda el Señor Independiente» y cuando me daba una aspirina, «Te la manda el Señor Racing». Así me hizo hincha", recuerda. La relación entre el padre periodista y el hijo es el eje del primer libro de Olivera, al que describe como "un ejercicio duro de memoria emotiva". Esa memoria se remonta a la infancia del autor, guionista y director de televisión.

 

En nuestra anterior entrada de Novelas de familia ofrecimos una lista, arbitraria, de libros para quienes les interese acceder a este tipo de lecturas.

Hoy nos explayaremos en una obra particular sobre el tema, Las primas de Aurora Venturini que, recomendamos, si es que no la leyeron, con mucho entusiasmo.

Las primas es un libro muy especial, pura literatura, puro arte para hablar de las miserias de una familia disfuncional desde el punto de vista de una joven con deficiencia mental, pero llena de talento para pintar y ganarse la vida con ello. Un título muy premiado de la escritora argentina Aurora Venturini.

Aurora Venturini, autora de 46 libros, consiguió con esta corrosiva sátira sobre una familia con las mujeres protagonistas, ambientada en La Plata (Argentina) en los años 40, que a sus 85 años le otorgaran diferentes premios y reconocimientos, además fue llevada al teatro en Buenos Aires.

La autora habla de las dificultades de dos hermanas y dos primas, de tías, de madres; de discapacidad, de abusos sexuales, de aborto, de prostitución, de pobreza, de villanos, del arte como redentor o de la hipocresía social y todo ello con la palabra como cuchillo diseccionador. Venturini hace belleza con el dolor y remueve más que cualquier tratado o ensayo sobre estos temas.

Una novela “pesimista y brutal, sin heroínas claras, una novela de mujeres extremas, enfermas, obsesivas, maltratadas. Para reírse en voz alta ante las provocaciones y las decisiones insólitas. Y al mismo tiempo: cuerpos al límite, escritura a borbotones como de sangre…”, escribe la periodista y escritora Mariana Enríquez en el prólogo.

“Las primas es una historia de familia y de mujeres. Es decir, Aurora, una novela autobiográfica. ‘Yo no soy muy familiera, nunca fui, pero siempre acabo escribiendo sobre mi familia, o sobre familias”, explicaba. Mis seres son todos monstruosos, MI familia era muy monstruosa. Es lo que conozco. Y yo no soy muy común. Soy una entidad rara que solo quiere escribir. No soy sociable. la única vez que me reúno con alguien es el 24 de diciembre”.

Aurora Venturini logra una novela única partiendo de unas premisas muy específicas. En primer lugar, otorga el peso de la narración a Yuna que, con su personal manera de contar, dota a todos los hechos de una composición diferenciada de lo aparentemente habitual. En esta galería de raros y freaks, donde brilla Petra, la prima enana, Yuna va contando su vida con naturalidad, incluidas las muertes. Otro aspecto fundamental en la obra es la construcción gramatical de la misma. La propia narradora confiesa que se lía con las normas gramaticales y esto lo traslada al texto. El lector verá cómo los puntos y las comas no están muy presentes y cómo la sintaxis es algo confusa. Esto se une al mundo que narra generando una mayor sensación de caos. La originalidad y radicalidad se plasma de forma definitiva con el tono general de todo el libro. Los personajes son maltratados por la vida, no hay uno solo que se salve y cualquier descubrimiento, hasta el interés por la pintura de la narradora, es manchado por un entorno enfermizo y abyecto. El logro es que a pesar de la tristeza que producen en muchos momentos, al final prevalece una capa de humor único donde se impone lo negro y lo retorcido.

Las primas es la desconcertante, exagerada y salvaje historia de un grupo de personas disfuncionales. La clave está en cómo a partir de contar las miserias de una familia, una como tantas otras, la autora extrae un libro único y maravilloso que en su malsano trasfondo se graba a fuego en la retina de los lectores y lectoras que buscan algo distinto. Aurora Venturini tardó en dar el paso de publicar narrativa. Una vez los hizo, no dejó a nadie indiferente.